sábado, 1 de diciembre de 2007

mañana de sábado

Los sábados a la mañana la biblioteca municipal está vacía, así que aprovecho para hablar con la señora que trabaja como bibliotecaria. Me gustan mucho las historias que cuenta Mabel. Si a las historias le sumamos el aroma de los libros y los biscochos con grasa que compro en lo de don Bilbao, la mezcla es perfecta.
Camino por la calle (si por la calle, las veredas me provocan una sensación de claustrofobia) sacándole la lengua a los niños que voy cruzando. El sol está pegando fuerte y apenas son las 8:30 hrs. Tengo que ir a almorzar con mamá.
Ayer supe que la cajera del supermercado se llama Laura. Tuve que armar un pleito en el súper para averiguarlo. Lamentablemente ella fue la perjudicada y creo que la van a despedir de su trabajo, pero por suerte cuando fuimos a la comisaría pude anotar su número de teléfono cuando se lo decía a un oficial.
Lo tengo que llamar a Paulo para contarle que la gata de una amiga la vecina de mamá tuvo cría.
Estoy llegando a lo de don Bilbao. Seguro que, como siempre, me va a decir – Pichón, ¿un cuarto de los grasientos?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

ummmmmm que rico los bizcochitos de grasa!!!!! Pero no creo que me levante un sábado a la mañana para ir a la biblioteca, pero bueno ricardito es así. A lo mejor ni durmió y siguió de largo. cada cual con su mambo.
suerte ricardito con la muchacha!!!!

ricardo dijo...

mhilli poris, gracias por volver a pasar. todos los días me levanto tempranito y hago ejercicios.

marlboroblog dijo...

Richard, Te tomaste el domingo!!
espero que por lo menos la hayas puesto. volvé papá, te extrañamos:)

ricardo dijo...

marlboroblog, resaca sumado a visitas = un día de atraso. pero no es embarasozo. mañana te cuento como sufrí el domingo


adorote

Santiago Pontoni dijo...

Richardo, me parece que se viene un garchín a la cajera del súper. Dejale la almeja como la bolsa del súper Petrelli.
Esto se pone cada vez mejor, papá.
Quiero más

ricardo dijo...

jajja... gracias santiago pontoni, pero me parece que esa mina está más loca que una cabra