lunes, 3 de diciembre de 2007

La llamada

– Hola
– Hola ¿Laura?
– Si, ¿quién habla?
– Ricardo
– ¿qué Ricardo?
– ¿Cómo qué Ricardo? El del súper
– Ah, ¿es por la entrevista?
– ¿Qué entrevista?
– Mmm… Disculpame, no sé que Ricardo sos.
– El de la pelea del súper, Ricardo.
– ¡Cómo! ¡El imbecil que me acusó de ladrona! ¿Sabes que me pintaron los dedos, que me echaron del trabajo y que casi voy presa por culpa tuya? ¡Ricardo!
– Si, la verdad no quería llegar a tanto.
– ¿Sos boludo?
– No, para ¿estás irritada por algo?
Se ve que llame en mal momento, Laura no esta bien anímicamente.
– Evidentemente sos pelotudo.
– Bueno, veo que no estás pasando por un buen momento. Pero yo te llamo porque quería invitarte a cenar, para recomponer nuestra relación – me interrumpe con un grito.
– ¡De qué relación hablas enfermo! ¡Con vos no voy ni a la esquina!
– Te paso a buscar. ¿A las nueve te parece bien?
Colgó, espero que para la noche se le pase el mal humor que tiene encima, no sé si voy a poder soportarla si sigue así.
Lo voy a llamar a Paulo.

4 comentarios:

Santiago Pontoni dijo...

Qué raro, una mina histérica!
Ya va a aflojar la guacha.
Mientras tanto...alegría a la vera del riel!

Releo todos los capítulos y sigo tomando porroneta

ricardo dijo...

esas histericas son aveces las que más rapido aflojan. vamos a ver que pasa esta noche.

brindo contigo, conmigo, consigo.


te quiero

Anónimo dijo...

QUE GRANDE RICARDO!

LAS MAS HISTERICAS AFLOJAN MAS RAPIDO...


SABIO PROBERBIO LOYOLEZCO...


VAMOSS... QUE MASSSS...


ABRAZO RICARDO!

ricardo dijo...

jajaja. fuli, me gusta lo de probervio loyolezco. espero que el pro-ebrio funcione.

garacias por sumarte a toda esta porqueria.


te tengo en mi corazón